Seguro que os ha ocurrido alguna vez: visitas una página web preciosa de una empresa que ofrece un producto o un servicio que te interesa especialmente. Todo está cuidado hasta el último detalle, pero, de repente, oh my god!, gazapos lingüísticos por doquier. Es como presentarse a una reunión de trabajo con un potencial nuevo cliente bien aseado, con la indumentaria pulcra y perfectamente planchada, un maletín bien provisto del material necesario para el correcto desarrollo de la reunión, todo bien organizado… pero aparecemos 1 hora tarde por un error al anotar la cita en nuestra agenda. Primera mala impresión; más que mala, pésima. Pues lo mismo nos ocurre con las webs, folletos, correos de presentación de nuestro negocio: no prestar la debida atención a nuestra comunicación verbal genera una especie de desasosiego que hace desconfiar al destinatario de tanto esfuerzo. Invertimos en una buena agencia de publicidad y comunicación, gastamos un buen dinero en publicidad, imprenta… y luego las palabras no transmiten todo ese esfuerzo. ¿Qué podemos hacer?

Veamos estos 8 consejos para una comunicación sin barreras:

01.

Descarta a tu sobrino que pasó el verano en EE. UU. para tus traducciones. Si tu proyecto es plurilingüe, ten en cuenta esto: traducir e interpretar va mucho más allá de conocer unos cuantos idiomas (otra entrada del Octoblog irá dedicada a aclarar este punto), así que no escatimes en un buen profesional. Quien dice sobrino, dice Google Translate.

02.

Confía en un profesional. Lo tuyo son los tubos, la moda o el transporte, deja que de las palabras se encarguen otros. Ahorrarás tiempo y esfuerzos para concentrarlos en tu verdadero valor: tu negocio.

03.

Déjate asesorar. Traducir no es solo cambiar el código lingüístico de un idioma a otro, hay mucho más detrás del proceso, así que confía en tu asesor lingüístico.

04.

Comparte tus conocimientos con quien contrates. El traductor o la traductora saben mucho de lo suyo, la traducción, pero tú sabes más de tu negocio, así que no lo des todo por sentado y muestra una actitud abierta para resolver cualquier tipo de duda que pueda surgir. El resultado merece el esfuerzo.

05.

Marca plazos razonables. No somos diccionarios con piernas y brazos, todo requiere un tiempo para garantizar una buena calidad. Planifica con antelación y no dejes las palabras para el último momento.

06.

Revisa hasta la última coma. Por muy buenos profesionales que escojas para poner en palabras tu idea, somos humanos, no máquinas. Errare humanum est y en la cadena del proceso puede pasar de todo.

07.
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Elige bien la empresa o el profesional. Asegúrate de que todo el proceso de redacción o traducción tenga garantías. No es lo mismo traducir un folleto publicitario, un manual o un contrato.

08.

Y piensa en Nekane Says. Tenemos una amplia red de profesionales de todas las disciplinas y combinaciones de idiomas, con experiencia y calidad contrastadas, que harán que todo el proceso resulte mucho más sencillo para ti. No dudes en pedir asesoramiento a través del formulario de contacto de la home.