8 consejos para que tus discursos con interpretación sean todo un éxito

En este Octoblog he escrito en varias ocasiones sobre lo que se requiere para que la interpretación sea todo un éxito, pero creo que esta es la primera vez en la que voy a poner el foco en las personas que participan en un congreso, panel o evento como ponentes, pues probablemente sean las más interesadas en el éxito de la interpretación para hacer llegar su mensaje de forma “alta y clara”. Unas veces serán discursos más protocolarios; otras, anuncios realmente relevantes sobre un nuevo descubrimiento, un nuevo producto, el informe financiero de una sociedad a su asamblea… Lo que está claro es que siempre querremos, todas las personas implicadas (ponente, público e intérpretes), que la comunicación fluya de la mejor manera posible.

Por este motivo, los 8 tentáculos de esta entrada del Octoblog van especialmente dirigidos a aquellas personas que, con mayor o menor grado de experiencia, tengan que ofrecer un discurso, charla, rueda de prensa o intercambio de opiniones con interpretación, ya sea consecutiva o simultánea.

01.

Cuando te encuentras en fase de preparación del discurso, intenta estructurarlo de manera que resulte “cómodo” de seguir. Esto parece una obviedad, pero, especialmente si el tema que te dispones a presentar es muy denso, la claridad en la estructura del discurso es aún más importante. Habrá personas entre el público que no utilicen interpretación, otras que sí y también intérpretes resoplando en la cabina (o a tu lado, tomando notas) tratando de no perder ni un detalle ni errar en la terminología. Cuanto más clara sea tu estructura, más fácil se lo pondrás, ya sean público o intérpretes, para comprender tu mensaje. Los ponentes con gran experiencia en presentaciones suelen tener muchas virtudes comunicativas que hacen que sus discursos resulten tremendamente atractivos, pero también suelen excederse con la improvisación, los chistes, los dobles sentidos… lo que acaba, en definitiva, en sudores fríos para el equipo de intérpretes. Y aquellos menos experimentados suelen tender a embarullarse, pisar el acelerador y ofrecer discursos “planos”. No existe el ponente perfecto, como tampoco los somos los intérpretes.

02.

Facilita tanto material como sea posible al equipo de intérpretes. Si vas a proyectar esa presentación en la que tanto tiempo has invertido, un vídeo que has producido o una tabla con datos muy elaborados que te han obligado a realizar un sinfín de análisis, haz llegar ese material al buzón de correo de tu asistente lingüístico; no querrás que aquello en lo que has puesto tanto empeño se diluya por dificultades con la interpretación. Permitirás a los intérpretes prepararse de antemano, lo que redundará en una mejora significativa de la calidad de la interpretación. Esta información permite poner en marcha uno de los procesos de la interpretación: la anticipación. Evitará muchos aprietos durante el proceso comunicativo y tu mensaje cumplirá su objetivo.

03.

Si vas a leer tu discurso, rogamos encarecidamente que facilites una copia por adelantado. Probablemente los discursos leídos sean el monstruo que se esconde en el armario de cualquier intérprete. Es verdad que un discurso leído suele tener a su favor una buena estructura y claridad de ideas, así como un lenguaje cuidado y pocas posibilidades de improvisación, pero, de forma automática e inconsciente, la persona que lee lo hace a una velocidad mucho mayor que cuando se trata de un discurso espontáneo a partir de un guion. No te decimos que no escribas y leas tu discurso, solo te pedimos que nos pases una copia. De darle una buena entonación y la traducción correcta ya nos encargamos nosotras.

04.

Evita abusar de acrónimos, siglas y abreviaturas. Este es el monstruo debajo de la cama de los intérpretes. Los acrónimos, siglas y abreviaturas especializadas nos traen por el valle de la amargura. Sabemos que la forma extendida de esta terminología ocupa más tiempo a la hora de expresarla oralmente y suele haber limitaciones horarias para las exposiciones, pero queremos que llegue bien al público y, una parte de él, va a recibir el mensaje a través de la interpretación… Si no se puede evitar, porque la propia especialidad requiere utilizar estas formas abreviadas, un gesto que agradeceríamos mucho sería que nos facilitaras un pequeño listado que nos dé la seguridad de no decir C cuando deberíamos decir S. Podríamos decir lo mismo de los nombres propios, especialmente si son de personas con las que no compartimos lengua materna: no hay nada más descortés que pronunciar mal o errar en el nombre de alguien. Y los números… ¡la cantidad de disgustos que nos dan, menos mal que los compañeros de cabina suelen estar al quite!

05.

Si las circunstancias lo permiten, mantén un breve encuentro con los intérpretes antes de tu presentación. No siempre es fácil poder mantener un briefing, que es como se conoce en nuestra jerga este tipo de encuentros breves, pero, en la medida de las posibilidades, unos pocos minutos de charla antes de tu presentación nos facilitan muchas tareas. Nos permite conocer tu acento, entonación y volumen, podemos aclarar dudas de última hora que anticipamos que nos vayan a surgir, nos puedes dar cualquier tipo de indicación que estimes oportuna, como una preferencia concreta por un término sobre otro… en fin, para los intérpretes, ese briefing es una auténtica mina de oro. Somos de naturaleza preguntona, pero intentaremos no apabullarte en exceso. Palabrita de intérprete.

06.

Si vas a proyectar diapositivas, déjalas un segundo más en pantalla. Recuerda que, aunque breve, la interpretación lleva un pequeño desfase con respecto a tus palabras. Tenemos que dejar unos segundos de margen para poder escuchar tu idea, traducirla en nuestras mentes y producirla en la lengua de llegada. Ni qué decir tiene si, además, se utiliza relais (cuando se pasa por una lengua intermedia para ofrecer interpretación en más idiomas). Si señalas un dato en una diapositiva y das una explicación, por ejemplo, ten en cuenta que al público le va a llegar unos segundos después. Si dejas la diapositiva proyectada un poquito más, permitirás a tu audiencia seguir mejor el hilo de tu presentación cuando escuche la interpretación. También prepárate para que la reacción o el aplauso a una broma, un chiste o una noticia bomba tarde en llegar un poco más de lo habitual. Son las cosas de la interpretación.

07.

Cuidado con el humor, los chistes y los dobles sentidos. Lo primero que hay que decir en este punto es que el humor es probablemente lo más difícil de traducir. Tiene mucho que ver con las culturas, los juegos de palabras y el público. Si ya es difícil de traducir en un texto escrito, peor me lo pones en interpretación, donde la inmediatez del momento limita aún más la búsqueda de una equivalencia que funcione y que arranque una carcajada o, al menos, una sonrisa a la audiencia. Además, hay que tener en cuenta que no todas las culturas entienden el humor de la misma manera y lo que para uno puede suponer una carcajada de las que te hacen hasta llorar, a otro le puede parecer una broma de muy mal gusto que le generará prejuicios hacia ti. Mi recomendación: si prevés hacer algún tipo de broma, coméntalo con el equipo de intérpretes para que te asesoren sobre si va a funcionar o no. Esto no quiere decir que tengas que hacer un discurso serio y aburrido, puede ser dinámico y divertido aplicando otros recursos.

08.

Vigila los aspectos técnicos. Tanto en eventos presenciales como remotos, dependemos mucho de la tecnología. Si tu discurso va a celebrarse en un palacio de congresos o instalación preparada para este tipo de eventos, es probable que la parte técnica esté más que cubierta, con equipamiento y técnicos acostumbrados y experimentados que lo harán todo mucho más fácil, pero siempre ocurre que alguna pregunta del público se lanza sin usar micrófono, por ejemplo. Si no hay micro, en la cabina no oímos nada, lo que significa que no podemos interpretar nada. Ni qué decir tiene que, con la proliferación y generalización de los eventos en remoto a través de distintas plataformas, la parte técnica está mucho menos controlada. Si vas a dar tu discurso desde una pantalla de ordenador o equipamiento similar, recuerda que es fundamental que utilices un micrófono externo al equipo, ya sea de los que se integran en los auriculares o el más tradicional micrófono independiente que enchufamos al ordenador. Incluso me valen los “cascos” que usamos para el teléfono móvil que incorporan micrófono. El que viene integrado en el equipo ofrece una calidad muy pobre que nos pone en graves aprietos. También hay que intentar contar con una conexión a Internet estable que evite interferencias y esos saltitos en la voz que resultan tan molestos para los interlocutores como difíciles de resolver para los intérpretes.

Como reflexión final, te diría que, una vez tenidos en cuenta estos 8 aspectos, lo mejor que puedes hacer es relajarte, confiar en el buen hacer de los intérpretes, que, con tu ayuda tendrán un desempeño más exitoso, y disfrutar de tu presentación. Recuerda modular la voz y el ritmo al que hablas para que no terminemos con signos de asfixia dentro de la cabina o perdamos datos fundamentales y haz las pausas necesarias para permitir la interpretación, cuando se trate de consecutiva.

Y acuérdate de Nekane Says. Aquí te ofreceremos el profesional más adecuado (traductor/a, intérprete o revisor/a) para el servicio que precises y que cuidará con mimo de tu texto o discurso para que el resultado satisfaga tus expectativas. Siempre trabajamos con profesionales titulados, especialistas y nativos de la lengua de llegada. No dudes en ponerte en contacto a través del formulario de contacto de la página de inicio.